viernes, 15 de diciembre de 2017

Cuatro meses

Terminan mis primeros cuatro meses en Quibdó, cuatro meses que han parecido cuatro años. Y llevo días sintiendo la necesidad de plasmar las ideas que no he logrado escribir antes, por falta de tiempo o claridad mental, sobre esta etapa.

En un balance global de las cosas, debo comenzar por decir que ha sido bueno. No ha sido fácil, los aprendizajes y cambios nunca lo son, pero sí gana lo positivo por encima de lo malo.

Me he cuestionado mil y una veces el valor del trabajo "de cooperación" por "el desarrollo". Y creo, pienso, que después de todo tengo la respuesta. O al menos una respuesta que me sirve a mí. Todos los proyectos sociales son asistencialistas. No hay cooperación al desarrollo efectiva. Es paternalista pensar que podemos llegar, desde otros países o desde las ciudades capitales del propio país a las ruralidades a mejorar de alguna forma las vidas de las personas. ¿Por qué? ¿Con qué derecho? ¿Bajo qué modelo de "mejor"? Mucho menos con el tipo de proyectos cortoplacistas que existen actualmente.
Trabajo en un proyecto con un nivel de escucha comunitaria sorprendente, se tienen en cuenta las opiniones de los destinatarios para detalles grandes y pequeños. Y aun así, el impacto a escala macro no solo es dudoso sino imposible de medir.

Por ello, he sufrido a lo largo de este tiempo el rechazo y hasta abuso de miembros del equipo y la comunidad que desprecian las medidas de asistencia. Las personas de entre 25 y 35 años, que han tenido más oportunidad de formarse que sus mayores y a su vez recuerdan con lucidez los últimos 15 años de proyectos que ha vivido la región, miran con recelo a los forasteros que vienen unos días o unos meses. Siempre con promesas, a veces con incentivos (refrigerios, canastas familiares, uniformes, etc.). Pero rara vez con objetivos que reflejen resultados positivos sobre la comunidad.
Porque claro, si yo voy a diseñar un proyecto, mi indicador jamás va a ser "reducción de la violencia" o "aumento de la escolaridad" para cualquiera de mis actividades. Hacer eso implicaría una labor titánica de recopilación de datos tanto para la linea base como posteriormente. Además tendría montones de variables de confusión. Lo que haré será marcar como indicador algo fácil, como "100 % de los participantes asisten a la capacitación". Eso me permite rendirle cuentas a mi financiador de maravilla. Pero no hace una mierda para la comunidad. No asegura ningún resultado real y tangible en el contexto.

Pese a todo, he decidido que prefiero hacer esto a cualquier otra cosa. Y ese es también uno de los grandes regalos que me llevo de esta etapa. Cuando terminé la carrera, solo creía en resultados que superaran un intervalo de confianza estadísticamente significativo. Ahora ya no me acuerdo de hacer un test T.
A cambio he aprendido que hay aportes cualitativos que valen más que cualquier resultado medible en ningún informe. Como cada vez que llego a un barrio y esos niños y niñas me saludan con un: "Seño Albaaaaa", o ese pequeño de 6 años que ayer me hizo cosquillas sin importarle mi rango ni edad, como el chico que sigue trabajando reciclando chatarra frente a mi casa y me busca los sábados por la mañana para que le invite a desayunar algo o le ofrezca unas palabras amables, como el joven que hemos sacado de las pandillas haciéndole monitor de uno de los equipos y me escribe por WhatsApp cuando está tan triste que piensa en irse de casa o hasta en suicidarse y como la niña que siempre me busca para pedirme "un abrazo, por favor".

Al fin y al cabo, hemos diseñado un mundo en el cual nadie se libra de trabajar. Y yo agradezco haber encontrado por fin un empleo en el cual siento que puedo aplicar mis conocimientos de manera útil, aporto -si no a gran escala, sí a nivel individual a mejorar el bienestar de las personas-, disfruto a ratos y -esto es importante- me pagan por hacerlo. Con casi 30 años puedo decir que... ¡Se acabaron los voluntariados y prácticas!

Así que regreso a Bogotá con ganas de un merecido descanso. Pero también con toda la intención y deseo de continuar haciendo esto cada día más y mejor.